jueves, 7 de julio de 2011

River Plate, tu grato nombre

“Perdón por hacerte hincha de River” me espeta mi viejo momentos después de que la pérdida de la categoría es un hecho consumado. Me doy vuelta y miro a mi hijo de apenas un año y medio de edad. Me mira y se ríe. No entiende lo que acaba de pasar. Yo tampoco.
Recorro el vasto y rico vocabulario español y no encuentro una palabra que refleje mi estado de ánimo como hincha de River. Impotencia se aproxima en algo, pero queda exageradamente insuficiente.
Lentamente, la insoslayable tristeza deportiva va quedando atrás y va dando paso a algunas reflexiones… Reflexiones deportivas como extradeportivas.
En cuanto a las deportivas, poco puedo agregar a la ya expresada opinión de los expertos. Este equipo de JJ no fue el peor River de los últimos tres años. Pero fue un equipo carente de identidad, a la deriva cada vez que estuvo en desventaja, y con, por momentos, pavor de salir a buscar un partido. La creciente falta de confianza repercutió en la escasez de goles. No recuerdo haber visto a un River que le costara tanto convertir.
 El partido con Belgrano fue un reflejo de lo que fue River en el campeonato. Miedo de ganar, bloopers cercanos al arco propio aprovechados por el rival de turno,  tibias situaciones de gol que no se concretan, cambios inexplicables.
En cuanto a los arbitrajes, creo que son anecdóticos. Quizás ayuden a que se termine con el discurso del favorecimiento a los clubes grandes.  El penal que no cobró Pezotta fue el penal no cobrado más grande que vi en mi vida (luego de la jugadora de Guinea Ecuatorial), más allá de la mancha en el penal que sí cobró, en un momento abismalmente distinto del partido. 
La última reflexión deportiva que quiero mencionar es al respecto del cambio de paladar de la gente de River. Gente que siguió yendo a alentar al equipo en esta época de vacas flacas. La época de las tribunas vacías en los campeonatos en que River salía cuarto o quinto, quedó atrás. Esta nueva versión del hincha de River aprendió a sufrir. Y deberá seguir aprendiendo, ya que esta historia aún no acaba. El peor error en el que puede caer River es creer que lo peor ya pasó. En el  piso está la puerta del sótano. River tiene que dar un cambio de dirección importante en el ámbito institucional. Mientras se sigan echando la culpa entre actuales y anteriores, el tiempo pasa y las tragedias deportivas se acumulan…
En cuanto a las reflexiones extra deportivas, lo primero en lo que pienso es lo que sucedió en Córdoba, cuando unos inadaptados ingresaron a interrumpir el partido y agredir a los protagonistas. Ensayo un imaginario diálogo con mi hijo:
- Papá, por qué entraron esos señores a la cancha?
- Porque están muy enojados y quieren hacer justicia con sus propias manos.
- Y se puede hacer eso?
- No.
- Y por qué nadie hace nada?
- …
No tengo respuesta… Unos policías les piden gentilmente que se retiren del campo de juego. Me da vergüenza como hincha de River, como argentino, como ciudadano y como hombre. Nos cansamos de hablar de los derechos humanos, pero nunca hablamos de los deberes. Uno de ellos, algo olvidado hoy, es cumplir la ley. 
Continuando con las reflexiones, ese mismo día me tocó ver la final de la Libertadores y el posterior escándalo entre jugadores e hinchas. Me tocó ver también las finales de la NBA y de la Champions. Alguien puede decirme que Dwyane Wade no estaría furioso, o que LeBron James no se moría de impotencia? Rooney no estaba enojado? 
Qué nos pasa que no sabemos perder? Creo que parte de la respuesta está en que tampoco sabemos ganar. El respeto en la victoria es tanto o más importante que la hidalguía en la derrota. En nuestro país, se volvió más corriente el goce al rival por encima del festejo personal. El tocar el cielo con las manos al ganar una Libertadores no alcanza. Hay que reflejárselo en la cara al rival para regocijarse con su sufrimiento. Otro lamentable componente de lo que se llama el folklore del fútbol…
Lo miro a mi hijo y se ríe. No entiende nada. Qué bueno. Qué triste. Qué tarea me espera. Trataré de estar a la altura de las circunstancias.


1 comentario:

  1. Muy buenas reflexiones, con el agregado de un tono poético que seguramente lo da el estar a la distancia.

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