miércoles, 27 de julio de 2011

Argentina en la Copa América o Crónica de una Muerte Anunciada

Aburre escribir sobre lo mismo, así como aburre leer sobre lo mismo. Por lo que voy a tratar de hacer un repaso lo más rápido posible de algunos de los conceptos que dejó la reciente Copa América.
Lo de Argentina fue un rotundo y rimbombante fracaso deportivo (sobre la organización no voy a emitir opinión ya que no estoy lo suficientemente informado).
Jugó cuatro partidos, empatando tres y ganando uno sólo, ante el débil combinado sub-22 de Costa Rica, invitado para reemplazar a Japón luego del lamentable terremoto que ocurriera en aquel país.
Termina el partido con Uruguay y la historia se repite por enésima vez: desazón, desconcierto, llanto, caras mirando al piso como buscando una mirada cómplice que dé un signo de aprobación o una explicación... Mirada cómplice que no aparece, porque casi ninguno se anima a tener la frente en alto. Todos miran el piso. Nuestro piso...
Horas más tarde, el partido queda atrás, la autocrítica se declara ausente y el hincha pide la cabeza de Don Julio. Decía Camile Sée: "La historia se repite, pero lo cierto es que sus lecciones no se aprovechan".
Hoy, Batista ya no es más el técnico de la selección. Demostró no estar a la altura de las circunstancias. Todavía ignorando las convocatorias compulsivas y el papelón del seleccionado Sub-25 que jugó en Nigeria, su alejamiento es una decisión acertada.
Algunas de las funciones del técnico son: elegir los jugadores, pararlos en la cancha, transmitir una idea de juego y formar un equipo, trabajando la confianza. La confianza es clave en todo deporte. Después viene además el planteo de un partido o el análisis de un rival o el trabajo con la pelota parada.
En cuanto a la elección de los jugadores, Checho acertó en parte. El consenso futbolero y la prensa arman el 80% del equipo. La mano del técnico tiene que aparecer sobre ese 20%. Checho había elegido dejar afuera a Tévez. Luego cambió de dirección y, no sólo lo convocó, sino que lo puso en su once titular, repitiendo el error de Diego en Sudáfrica, donde Carlitos (de gran corazón) tampoco funcionó, más allá de sus goles contra México. Parecería claro que faltaron defensores, o al menos defensores de jerarquía. Fue bochornoso lo de Milito y Burdisso haciendo faltas innecesarias a un Suárez de espalda a 40 metros del arco, sabiendo que cada pelota parada de Uruguay era 3/4 de gol. Quizás faltó también algún mediocampista (reconozco que tengo debilidad por Lucho González y no vi un jugador entre los convocados que jugara de número ocho mejor que él). 
En cuanto al posicionamiento del equipo, Checho falló en mayor medida. Por nombrar solo tres ejemplos, voy a referirme a Tévez, Messi y Lavezzi. Tévez no jugó de lo que juega en Manchester City. Messi, hasta el partido con Uruguay (el de CR fue un entrenamiento), no jugó en la posición que más rinde (uno contra uno o uno contra dos cerca del área). Lavezzi (que hizo que Cavani se cansara de hacer goles en Napoli) jugó por la derecha pero sin un 9 que hiciera de Cavani. 
En cuanto a la idea de juego, creo que pierdo el tiempo si me dedico a fundamentar el postulado que Argentina no sabe a lo que juega. De esto hace por lo menos cinco años (Basile-Maradona-Batista). Me cuesta recordar alguna subida de alguno de los laterales que terminen en un buen centro, sólo por nombrar un ejemplo.
Por último, la confianza... ¿Qué confianza pueden tener Higuaín o Aguero si siempre se los discute? Una cosa es pelear el puesto. Otra cosa es que se discuta constantemente si tenés que estar. Batistuta fue titular indiscutido por varios años, más allá de que pasaran partidos sin que hiciera un gol. Aquí es donde el técnico puede apostar un poco más a un jugador, incrementando su confianza. Clara muestra de la falta de confianza se vio en los penales. Salvo Messi (confianza absoluta en sí mismo), todos estuvieron cerca de errarlos. Mascherano (el supuesto gran capitán) es una sombra del jugador que fue, haciéndose expulsar de manera totalmente irresponsable.
En definitiva, improvisación en su máxima expresión. Los resultados de la improvisación están hoy a la vista de todos.
Lo de Uruguay fue lo más destacado. Sabiendo a lo que jugaba, con un verdadero equipo (donde cada uno entiende su rol a la perfección) y con individualidades que aparecieron en su mejor versión (me fascinó Lugano), se coronó nuevamente en suelo argentino. Es cierto que algo de fortuna ha tenido (en el Mundial y en la CA), pero a la fortuna hay que ayudarla.
Lo de Paraguay fue pobre. Bajó su nivel respecto del Mundial Mereció perder con Brasil (ok... el pasto estaba mal, pero un jugador profesional tiene que poder sobreponerse a esto) y mereció perder con Venezuela. Se comió una goleada categórica en la final, como Argentina con Brasil hace no mucho...
Venezuela y Perú, muy bien. Habrá que demostrar que no es casualidad.
Chile y Colombia creyeron que estaba para más, pero los partidos no se ganan en los papeles.
Mexico demostró que poco le interesa esta copa y Costa Rica, Bolivia y Ecuador mostraron que van a tener que mejorar mucho si quieren subirse a la próxima aventura mundialista.

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