miércoles, 27 de julio de 2011

El militante K vs. el militante PRO

No soy amigo de los estereotipos. Tampoco me gusta la generalización.Pero vale la pena dedicarle algunos minutos a estos dos vídeos que contrastan a un militante del Frente para la Victoria y a uno del PRO, y que fueron publicados por La Nación online hace unos días. Un contraste muy burdo, que hasta parece adrede y exagerado.

Nuevamente, recalco que sería injusto decir que todos los militantes del FV son como Lucas Villarroel y todos los militantes del PRO son como Alex Campbell. Pero el ejercicio de repasar ambos vídeos nos puede ayudar a intentar entender cómo unos ven a los otros, y cómo unos se ven a sí mismos.

Primero, analizaremos el vídeo de Lucas Villarroel, militante del Frente para la Victoria.
La casa, sencilla, tiene techo de chapa, alambrado bajo y un lujo espartano. A él se lo ve con su mujer (o su señora, cómo el la llama) y su hijo. Lucas habla de manera directa.
En su discurso, habla del barrio, de la gente, de ayudar. Estudió en Córdoba y luego fue a la Capital a estudiar Ciencias Políticas en la UBA. Trabajó en la Iglesia, ayudando a chicos de la calle. Militó en la Felipe Vallese, de sociales. Se dice militante por elección y convicción. Luego hablan sus compañeros, quienes dicen tener necesidad de ayudar a los que más lo necesitan, a los de los barrios más humildes. Dando una mano, buscando un cambio que sea mejor para todos, en contraposición al beneficio de un sector de la sociedad. Hablan, con un atisbo de intolerancia, de "ellos" ("ellos" piensan que un empresario va a poder maximizar beneficios en un país). Se jactan de que la política se lleva en la sangre. Quieren cambiar los problemas que tiene la sociedad. Promueven el debate. Como broche del clip, la frase: "La liberación nacional, la emancipación de los pueblos americanos se tiene que ver en casa".
¿Qué tienen que ver este chico con el estilo "K", donde la confrontación irracional y personal, la intolerancia, el nosotros contra ellos, el abuso innecesario e incomprensible de la cadena nacional y la carencia del diálogo (y del debate) son marca registrada? No mucho.


Ahora pasemos a analizar a Alex Campbell, militante PRO.
Alex vive en un chalet. Entre los tantos portaretratos, se puede ver que jugó al polo. Si no me falla la vista, tiene un Audi estacionado en la puerta. Alex arma y desarma las oraciones mientras habla ("eso es un poco que siempre me interesó...")
Alex también lleva la política en la sangre. Su familia está ligada a la política mediante su bisabuelo y un antepasado que fue congresal en Tucumán, uno de los que "armó" este país.
Fue al Colegio San Andrés (zona norte) y estudió Ciencias Políticas en la UCA. Cree que la política paga poco, y que como uno siempre quiere mantener su nivel de vida, corre el riesgo de caer en el "vicio del administrador" (piensa que lo que administra es propio). Este supuesto indicaría que los políticos que roban para mantener su nivel de vida, ya vienen con un nivel de vida ávido de dinero y comodidades.
Para evitar caer en este "vicio", se dedicó a armar sus empresas en Mendoza, donde su bisabuelo fue gobernador. Para no robar, él creyó que lo mejor era tener plata antes. En otras palabras, no va a robar, pero no porque robar esté mal, sino porque no lo va a necesitar.
Afortunadamente, puede administrar sus empresas desde Buenos Aires y a la vez dedicarse a la política, para poder "sacarse el gusto". Bernardo Neustadt lo ayudó a hacer un programa de radio.
Alex tiene una muy buena experiencia en armado en equipos de trabajo, y así fue como llegó a dar una mano en el PRO, en "la cosa pública".
En su barrio, los vecinos saben donde vive, pero para que no vayan a su casa, armó una sede del PRO, así puede colaborar en expandir el partido de Macri a los lugares más recónditos de este país. Lugares como San Fernando.


Mauricio no es santo de mi devoción en lo absoluto. Pero estimo que no ha visto este vídeo, ya que lo hubiera prohibido antes de su publicación. O no. Quién sabe.

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